Durante el invierno estamos en uno de los mejores momentos del año para disfrutar de fresas frescas. Sin embargo, eso no quiere decir que todas las recetas con fresas que vayamos a hacer en nuestro día día tengan que ser dulces.
La fresa se presta bastante a llenar elaboraciones tanto saladas como ácidas, en las cuales nos puede revelar un potencial gastronómico mucho mayor que el que le espera cuando solo la utilizamos en la cocina dulce.
Por ejemplo, funciona excepcionalmente bien con vinagre, que sirve para reivindicar la dulzura natural de esta fruta, que es lo que os recomendamos que hagáis si tenéis algún balsámico en casa.
Pero ahora vamos a ir más allá con un truco que hemos aprendido del chef Juanjo López del restaurante, la Tasquita de Enfrente de Madrid, considerado uno de los grandes templos de producto de la capital.
Aquí solo vamos a necesitar como ingredientes principales a las fresas y unas anchoas en salazón de calidad que, sin embargo, no son fundamentales para la receta.
Lo único que tenemos que hacer es coger las fresas, lavarlas bien y quedarnos con la parte roja. Las ponemos en un bol, sazonándolas a continuación y por este orden con un poco de aceite de oliva virgen extra, un poquito de vinagre, un poquito de pimienta y lo movemos todo muy bien.
Tras este paso solo hay que emplatarla y colocar una hojita de menta para dar olor y un poco de sal maldon o sal en escamas. Luego la vuelta de tuerca de la receta está en si tenemos anchoas a mano, incorporarlas enteras al plato.
Imágenes | La Tasquita de Enfrente Instagram
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