Debo admitir que dar de comer según qué cosas a los niños cuesta bastante. Por ejemplo, las acelgas o las espinacas son un poco complicadas de incluir en su plato sin que protesten de primeras. Por eso recetas como estos buñuelos de acelgas están especialmente recomendados para que los peques que evitan el verde las coman de forma más sencilla, y también los adultos menos amigos de las hojas verdes. Además, están muy ricos.
El buñuelo es un invento que merece el mismo reconocimiento que las croquetas y las albóndigas, siendo mucho más sencillos de preparar y también más versátiles. Nos encantan los buñuelos de bacalao, pero las versiones vegetales son otro manjar humilde que admiten muchas verduras distintas, como los buñuelos de espinacas. En este caso los enriquecemos con beicon, pero se puede usar jamón o, para una variante vegetariana, piñones. También les iría bien un poco de queso rallado o unos dientes de ajo picados sofritos con la cebolla.
Cocemos las acelgas y las escurrimos bien, exprimiéndolas con las manos un poco para escurrir bien el agua. Las picamos a cuchillo.
Picamos la cebolla finamente y también el beicon. Sofreímos ambos por separado hasta que estén tiernos. Podemos hacer primero el beicon y usar su grasa para darle más sabor a la cebolla después.

Mezclamos las acelgas con la harina, la levadura química, la cebolla y el beicon. Combinamos un poco y echamos el huevo. Mezclamos bien y formamos bolitas que freiremos en aceite bien caliente hasta que estén dorados. Sacamos, dejamos reposar sobre papel absorbente de cocina y servimos.
Con qué acompañar los buñuelos de acelgas
Servimos los buñuelos de acelgas en plan montaña. Y animamos a los peques a una carrera, a ver quien es capaz de terminar la montaña. Todo sea porque coman un poco de verduras. Los podemos servir con mayonesa, si nos apetece.
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