A mis hijos les encantan las crepes, se las preparo muchas veces en alguna ocasión especial o como premio, untadas con un poco de crema de cacao y avellanas. ¡Nunca hago suficientes!
Así que imaginaros los ojos que han abierto al ver esta tarta de crepes con fresas y nata que he preparado inspirándome en la deliciosa tarta árabe.
Como veréis, la receta no tiene ningún misterio, más allá de preparar unas crepes tradicionales y disponerlas a modo de tarta con un relleno de por medio: en este caso, nata montada.
Empezamos haciendo las crêpes, para ello echamos todos los ingredientes en el vaso de la batidora y lo batimos todo hasta que esté bien integrado. Después, dejamos reposar la masa en la nevera un mínimo de 20 minutos. Engrasamos una sarten antiadherente con un poco de mantequilla y la ponemos al fuego fuerte.
Vertemos una porción de masa, la suficiente para que quede una fina capa que ocupe toda la base de la sarten, y la dejamos hacer hasta que se haya dorado, le damos la vuelta y la doramos por el otro lado. A medida que las vamos haciendo las vamos guardando apiladas sobre un plato.
Montamos la nata con el extracto de vainilla y el azúcar. Para presentar la tarta, colocamos una crêpe sobre el plato, esparcimos un poco de nata aromatizada y cubrimos con otra crêpe, repetimos hasta terminar con la nata y las crêpes. Decoramos la tarta repartiendo las fresas sobre la superficie y espolvoreando con el azúcar molido.

Con qué acompañar la tarta de crepes
Para poder degustar mejor esta receta, os aconsejo preparar las crepes con antelación y reservarlas junto a la nata montada. Justo antes de servir, terminar de montar la tarta. De este modo, esta tarta de crepes con fresas y nata llegará perfecta a la mesa y vuestros comensales quedarán con la boca abierta. Deliciosa acompañada con una copa de cava, para brindar por el motivo de la celebración.
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