El detalle que mucha gente pasa por alto al comprar pescado fresco en el supermercado y que puede arruinarlo

Está indicado en la etiqueta, pero a menudo no nos damos cuenta

Pescado
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Todos los alimentos envasados tienen que cumplir unas normas de etiquetado obligatorias. Sin embargo, no siempre leemos con atención todo lo que pone, y se nos olvida más a menudo revisar la información de los frescos como el pescado. A pesar de que en los productos que adquirimos en la pescadería se consideran no envasados, también se debe facilitar una serie de datos obligatorios que rara vez se tienen en cuenta, más allá del precio, y esto puede acarrear disgustos en casa. Más aún con el aumento del pescado fresco envasado en bandejas de los supermercados.

Es una tendencia en auge de las grandes y pequeñas cadenas, ofrecer al cliente las especies de pescado más populares ya preparadas y envasadas, normalmente limpios de escamas, vísceras y espinas, con distintas presentaciones: lomos, filetes, abiertos a la espalda, rodajas, etc. Es síntoma de nuestros tiempos acelerados y una respuesta al consumidor que prefiere evitar la cola y el contacto directo con el personal de pescadería, quizá por falta de experiencia a la hora de saber qué y cómo pedir.

Pero nos puede dar la impresión de que esas cómodas bandejas son lo mismo que tienen en el mostrador de pescadería. Hay grandes supermercados que sí disponen una parte de su género del día para preparar y envasar al momento, pero muchos tienen orígenes distintos. Y si leemos bien la etiqueta, podemos llevarnos la sorpresa de que no es un pescado tan fresco como pensábamos.

Porque muchas de esas bandejas presentan productos descongelados, un detalle que quizá no nos haga mucha gracia si comparamos sus precios con el mismo pescado que sí se vende ultracongelado en la misma tienda. Pero es importante tenerlo en cuenta, sobre todo, porque no lo podemos volver a congelar en casa. Salvo que queramos arruinarlo del todo, claro.

Rape Ejemplo de pescado fresco envasado descongelado a la venta en Mercadona.

Es una regla no escrita: la comida descongelada no se puede volver a congelar, con ligeras excepciones. Solo si se han transformado de alguna manera, algunos alimentos si pueden pasar dos veces por el congelador, aunque no es lo más recomendable. A nivel sanitario no hay ningún riesgo, si se respeta la cadena de frío y la seguridad de manipulación alimentaria, pero congelar un pescado ya descongelado estropeará su calidad, dañando su textura y sabor.

Y ojo, porque también en la pescadería podemos encontrar pescado que luce fresquísimo, pero es descongelado. Fresco está, y puede ser de gran calidad, pero conviene tener este detalle en cuenta si resulta que se nos ocurre en casa congelarlo por el motivo que sea.

Siempre, siempre es recomendable leer con atención las etiquetas de todos los alimentos que compramos para evitar disgustos. Toda la información está ahí, otra cosa es que el fabricante decida usar una fuente minúscula de letra o lo lleve a la parte trasera para mostrar según qué datos.

Imágenes | Freepik/luis_molinero

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