La temporada de jínjoles o azufeifas, un fruto muy típico en la zona mediterránea, es muy corta y hay que aprovecharla. Además de ser un fruto delicioso para tomar tal cual, en esta ocasión nos sirve para dar un toque diferente a este bizcocho de yogur con jínjoles.
Las diferentes texturas del jínjol, más duro y crujiente si está en su punto o más blando y aromático si está maduro, nos permiten jugar a nuestro gusto. Este bizcocho se puede preparar también con cualquier otra fruta de temporada, o con frutos secos al gusto.
Precalentar el horno a 180º C y forrar o engrasar un molde rectangular de tipo plumcake. Disponer en un recipiente los huevos con el yogur, el azúcar, el azúcar vainillado, el aceite de girasol y el licor o zumo. Batir todo bien con unas varillas.
Tamizar en otro cuenco más grande la harina con la levadura, el bicarbonato y la sal. Formar un hueco y echar la preparación anterior. Trabajar todo junto con una espátula o unas varillas hasta conseguir una masa homogénea, sin grumos secos.
Echar en el molde, igualando la parte superior. Repartir por encima los jínjoles troceados sin el hueso y espolvorear un par de cucharadas de azúcar moreno. Hornear durante unos 45 minutos, hasta que al pinchar en el centro con un palillo salga limpio.
![Bizcocho de yogur con jínjoles. Receta. Pasos](https://i.blogs.es/df5b03/650_1000_bizcocho-jinjoles-pasos/450_1000.jpg)
Con qué acompañar el bizcocho de jínjoles
Este bizcocho de yogur con jínjoles podemos degustarlo como postre o a la hora del desayuno y de la merienda. Tiene un sabor y un aroma que me recuerda estos días finales del verano y de las vacaciones, y nos prepara ya el ánimo para la cocina otoñal. Delicioso con café, leche o un té, frío o caliente.