No es sushi ni ramen, es una receta japonesa bien vistosa, pero fácil de hacer, ideal para cenar entre semana

El onigirazu, a diferencia del sushi tradicional, no requiere de una técnica precisa para enrollar ni de ingredientes extravagantes. Es más bien amigable y hace un bocado vistoso y colorido.

Su preparación es similar a la de un sándwich y se adapta a una amplia gama de rellenos: variantes cárnicas con atún, salmón y pollo hasta opciones vegetarianas y veganas. Además al no requerir de utensilios especiales, como la esterilla de bambú, el onigirazu es apto para cualquier persona, incluso para aquellos que se inician en la cocina japonesa.

En términos simplistas, se trata de colocar capas de arroz y relleno sobre un alga nori y luego envolverlo. Sobre todo al principio, puede que el alga nori se rompa, o que el arroz se pegue mucho a las manos, pero con la practica esto se soluciona para que quede bien formado y compacto.

En sintonía con lo anterior, lograr una buena cocción del arroz para sushi hace al éxito. Al ser de grano corto, contiene un alto contenido de almidón, lo que le confiere una textura pegajosa al cocinarse. Esta cualidad es esencial para que el onigirazu mantenga su forma y los ingredientes se adhieran entre sí.

Si bien podrías intentar usar arroz blanco común, el resultado no sería el mismo. El onigirazu perdería su textura característica, se desarmaría con facilidad y el sabor no sería tan auténtico. En resumen, como cena ligera y rápida entre semana, funciona. Hasta para usar sobras del almuerzo o la cena anterior para el relleno, es una buena forma de ahorrar comida, y dinero.

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