Sus frutos y su estética son ideales para parcelas de cualquier tamaño
El granado, con su explosión de color y sus frutos jugosos, es uno de esos árboles que no solo embellece el paisaje, sino que también ofrece un sabor muy singular. Aunque tradicionalmente asociado con las tierras mediterráneas, este árbol ha ido conquistando jardines en diversas latitudes gracias a sus múltiples beneficios y su capacidad de adaptación.
En un mundo donde las opciones de árboles frutales parecen infinitas, el granado se destaca por diferentes cualidades que lo hacen ideal para quienes buscan algo distinto y duradero en su espacio exterior, más allá de los habituales almendros y limoneros.
El primer atractivo del granado, además de sus frutas deliciosas (aunque tan difíciles de pelar) es su capacidad para adaptarse a diferentes climas y terrenos. Aunque no es tan resistente al frío extremo como otros árboles frutales, el granado puede prosperar en una amplia variedad de suelos y condiciones.
Su resistencia a la sequía, sumada a su moderada necesidad de agua, lo convierte en una opción atractiva para quienes buscan un árbol que no requiera cuidados constantes (y que viva bien en zonas donde escasea el agua en determinados momentos del año), pero que, a cambio, ofrezca una cosecha generosa.
Crecimiento contenido
Además, el granado es un árbol que no sobrecarga el suelo. Su sistema de raíces no es agresivo, lo que lo convierte en una excelente opción para jardines con suelos más pequeños o más saturados. A diferencia de otros árboles frutales que pueden terminar agrietando las superficies o invadiendo zonas cercanas, el granado crece de manera contenida, lo que permite que otros cultivos o plantas coexistan en el mismo espacio sin problemas.
Pura magia
Asimismo, el granado tiene algo mágico cuando empieza a florecer. Durante la primavera, sus flores rojas y anaranjadas se abren como pequeñas campanas, creando una explosión de color anaranjado que transforma cualquier jardín. Este periodo de floración no solo es un deleite para la vista, sino también un espectáculo para las abejas y otros polinizadores, que encuentran en las flores del granado una fuente de néctar esencial.
En verano, el árbol comienza a producir los frutos que lo hacen famoso: las granadas. Estas pequeñas joyas rojizas, con su piel gruesa y brillante, no solo son deliciosas, sino también cargadas de propiedades beneficiosas para la salud.
Ricas en antioxidantes, vitaminas y minerales, las granadas se han convertido en uno de los frutos más valorados tanto por su sabor como por sus beneficios para el organismo. Además, son geniales para acompañar ensaladas.
Dicho sea de paso, el granado no solo es un árbol ornamental y productivo, sino que también ofrece una excelente sombra, especialmente de agradecer durante los meses más calurosos. Con su copa redondeada y algo densa, el granado puede proporcionar un refugio natural en los días más soleados.
Foto | Daniel Watson y Jessica Lewis 🦋 thepaintedsquare
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